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Como experto en desarrollo de negocio me preguntan siempre cuál es el factor diferencial qu hace que un proyecto funcione o no. Obviamente dentro de los distintos factores que convergen de manera directa e indirecta, existe uno que es clave: el factor humano, pero ¿qué es realmente el factor humano?

El factor humano, se entiende como el conjunto de cualidades que las personas ponen al servicio de la organización para lograr los distintos objetivos que se plantean de origen en común. Cuando hablo de cualidades me refiero, en términos de naturaleza explicativa, a los rasgos de carácter natural que nos distinguen del resto y que constituyen nuestra verdadera idiosincrasia. El factor humano, en términos profesionales, debe acompañar a todo proceso interno o externo de trabajo.

En mis orígenes, como consultor y luego responsable nacional de recursos humanos en multinacional, siempre he identificado el conjunto de actitudes y aptitudes que se requieren para un puesto profesional. Siguiendo esta misma lógica, ¿existe un perfil tipo de empresario de éxito?, ¿este perfil es sectorial o empresarial en función del tamaño o características de la misma? la respuesta es SI, se pueden recodificar el sistema de pensamiento de una persona en base a indicadores de rendimiento clave, y su situación de análisis actual.

Sé que podría facturar 200 veces más de lo que facturo, pero el desarrollo de negocio vs humano no se debe tratar como una fábrica de ingenieria socio empresarial. - Samuel Arias

Un empresario es aquel que gestiona procesos y recursos en base a unos objetivos y todos los objetivos sin excepción tienen como finalidad la naturaleza humana. No existe un proceso de venta que no esté orientada o dirigido al ser humano, da igual si es por acción directa o indirecta (impacto ambiental o social). El error principal radica en dos parámetros: el objetivo que tenga cada empresario y el concepto de que todo aquello que requiere un proceso de análisis profundo y un sistema de proceso más cuidado es entendido como "gasto" y no como "inversión".

Destacamos principalmente (como muestra de puntos de mejora comunes dentro de los muchos que hay) dos parámetros: la falta de objetivos cuantificables de los empresarios y el concepto de que todo aquello que requiere un proceso de análisis profundo y un sistema de proceso más cuidado es entendido como "gasto" y no como "inversión". - Samuel Arias

Llevo años analizando los procesos de interrelación humanos entre grupos poblacionales, principalmente en ámbito profesional (empresarios vs empresarios, empresarios vs trabajadores, trabajadores vs trabajadores, trabajadores vs clientes, empresarios vs clientes, clientes vs clientes, empresarios vs proveedores ...) y con el paso del tiempo se está degradando y vulgarizando la capacidad de objetivar las interrelaciones propias y ajenas de cada segmento, con una implicación de entendimiento de los verdaderos objetivos de cada grupo.

Obviamente no es posible ordenar una naturaleza humana global y soy plenamente consciente del sistema de equilibrios positivos y negativos que rodea al ser humano, sobre todo en el ámbito profesional, y todavía soy más consciente del concepto de responsabilidad en origen o de las circunstancias que rodean al individuo, el famoso "yo y mis circunstancias" de José Ortega y Gasset; pero podemos reeducar los sistemas de colaboración y regularlos. El problema es que se han normalizado tres conceptos, el nivel de impacto económico, la llamada cadena de responsabilidades y se ha malentendido el yo y mis circunstancias:

El primer concepto, nivel de impacto económico, nos plantea que un profesional (en este caso empresario) atribuye o no su nivel de impacto sobre la acción en base al impacto económico que genere dicha acción, ya que entendemos que hay que optimizar y por tanto reducir en forma y fondo. Esto no es así.

Primero una acción se mide en su totalidad: yo puedo vender un desayuno a 2 euros, con un beneficio X, o un automóvil con un beneficio Z y me puede resultar más beneficioso el primero, ¿estamos midiendo los factores externos que acompañan al proceso?, ¿valoramos el negocio sin más?, ¿analizamos que el ciclo de vida del consumidor y su nivel de percepción social?.

¿Estamos midiendo los factores externos que acompañan al proceso?,¿valoramos el negocio sin más?, ¿analizamos que el ciclo de vida del consumidor y su nivel de percepción social? - Samuel Arias

El segundo y tercer factores, responden a la idiosincrasia social e individual. No podemos descuidar un proceso por mi percepción, real o no real, de cadena de responsabilidades, el famoso: “a mí no me cuidan, me pagan poco, el cliente me exige mucho, la culpa es del jefe o no se entiende lo que hago”.

Por supuesto que existen circunstancias ajenas a uno mismo que fagocitan nuestros pensamientos positivos, nos destruyen anímicamente y se ven repercutidos en la calidad de nuestros trabajos, pero debemos entender que al final debemos dignificar cada proceso de trabajo que dependa de nosotros y no descuidar el factor humano que nos hace, a pesar de las barreras que nos genera el entorno, o las circunstancias, no olvidar que detrás de cualquier proceso, interno o externo, siempre hay una persona que recurre a nosotros.

Por supuesto que el factor humano (aquel que nos hace controlar nuestros impulsos, mejorar y evolucionar, salvaguardar protocolos de colaboración con terceros, reconocer errores e intentar mitigarlos ofreciendo soluciones, pensar en planes de contingencia para no repetirlos, no tener miedo a la formación vital continua, respetar el entorno en el que desarrollamos nuestra actividad, cuidar los activos humanos, tangibles o intangibles o algo tan sencillo y complicado como empatizar) genera procesos que se perciben en la empresa y generan inputs positivos.

Quizá se ha demonizado en los últimos tiempos un concepto que nos hace distintos: humanizar, definido como "hacer que algo o alguien tenga aspecto o naturaleza humanos o muestre influencia de los seres humanos", que debe ir acompañado de un proceso de sociabilización entendido como "promover las condiciones sociales que favorezcan el desarrollo igualitario de todas las personas o la extensión de cierta cosa a toda la sociedad".

Incluso los nuevos paradigmas sociales (innovación, tecnología, desarrollo, inteligencia artificial) no pueden obviar el factor humano ya que toda acción al final, de manera directa o indirecta, termina en un ser humano que, como definía, José Ortega y Gasset, es un ser en sí mismo, con sus circunstancias. - Samuel Arias

Incluso los nuevos paradigmas sociales (innovación, tecnología, desarrollo, inteligencia artificial) no pueden obviar el factor humano ya que toda acción al final, de manera directa o indirecta, termina en un ser humano que, como definía José Ortega y Gasset, es un ser en sí mismo, con sus circunstancias. Esas circunstancias son cambiantes y como tales, debemos disponer de los mecanismos suficientes para evolucionar y adaptarnos a las circunstancias del entorno cambiante y orgánico, pero de igual modo, tener claro que todo proceso empresarial, por insignificante que sea, contribuye a esa misma adaptación y además modela, influye y corrige culturas sociales que terminan volviendo a nosotros en un sistema de feedback permanente.